Miedo

Querido miedo;  insistes en volver 
Abrazando de apoco las heridas, sin remordimiento con premeditación y alevosía. 
Seguro de que estoy débil, pero de apoco para no asustarme, acosándome hasta el cansancio.
Recuperando el terreno perdido y pintando en tonos grises. 
Ingresas en mi mente y te apoderas del cuerpo, esparces tu veneno en cada neurona.
Dominas mis latidos y la cantidad de aire que ingresa a mis pulmones.
Inyectas nicotina y alcohol para perpetuar tu estancia.
Sin reparar, desalojas el valor que apenas llegaba, con prisa para evitar un impulso de coraje.
El cansancio también te recibe y el ruido de mis pensamientos con los que lidio todos los días se vuelven mas fuertes. 
Determinas mis decisiones que producto de tu sabiduría solo resultan decepciones.
Solo queda esperar detrás de la pared un rayo de luz por la rendija, algún día que amanezca.

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